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La Habana que duele

inspirado en el desmoronamiento habanémico de Lía

A veces no es la política, ni la calamidad de una ciudad devastada, ni los frentes fríos que no alzan su frente para ver de frente, a los ojos, a la gente que desmoronándose están. La culpa apenas alcanza a una política sangrante que asfixia como bien se deben sentir las gallinas cuando se les aprieta el pescuezo. Lo verdaderamente doloroso e inaudito es la desidia, el abandono, la nula solución del gobierno de Cuba ante la desaparición paulatina de La Habana. Cada vez se acerca más el concepto de ciudad gueto de África, con toda la pena que ello produce. Cada vez el edificio borrado de cualquier mapa actual de La Habana, cada año que pasa la humedad de lo que no se habita corroe más que la salinidad, la peste sale hasta de los propios cuerpos que ya cansados y abatidos se dejan caer como los edificios. Es la simbiosis. Es la identidad humana de la ciudad de la Habana lo que está evaporándose. Por eso la alegría que años atrás era un bien habanero hoy se convierte en un afán entristecido y entristecedor por desaparecer o abandonar, por eso ya nada anima al peatón que busca el agua clandestina de las tuberías del gobierno, o roba la electricidad de un contador adulterado como se adulteran los sombreros de los magos. Es frecuente ver en una ciudad en guerra a sus habitantes deambular buscando cosas qué comer, y la Habana no está en guerra. La arquitectura ecléctica de una personalidad distinta es lo que la diferencia, o diferenciaba. Duele sinceramente saber o reconocer que los recuerdos pasados de una vida pasada están desapareciendo, hasta llegar a la conciencia de que quizás nunca naciste, quizás nunca tuviste una vida anterior y quizás nunca de verdad existió la espléndida sonrisa de La Habana. Aquella ciudad multi-iluminada de neón y abarrotada de una multitud ávida de compras y fiebre de modernidad. Duele mucho que el gobierno no tenga la mínima preocupación por devolver un ápice de dignidad mortuoria a una ciudad como La Habana. Es, sencillamente punible.

ACRey

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The discussion

6 comments on “La Habana que duele”

  1. Buenos días, Antonio, no he borrrado ningún comentario, se lo aseguro.
    Igual se equivoca, y habla de otro post.
    Una vez me pasó algo semejante a mí en otro blog.
    Repito, no he borrado nada.
    Bienvenido a Papelbit¡
    Saludos¡

  2. Muy bien ACRey ¡veo que se ha apresurado a contestar y a borrar mi comentario y el la anterior M.O,pero vos no habeis borrado la critica de la pelicula por la cual me senti bastante indignado. Vi dicha pelicula en un canal de T.V,(creo que no se ha proyectado en salas comerciales como afirmais vos) y me parecio que se quedaba corta en su retrato de la Cuba actual… tengo mas años que vos y ya conoci la Cuba de los Yanquis y he estado alla bastantes veces para saber lo que digo.. ni es falta de respeto ni descredito Sr ACRey, es la realidad pura y dura aunque os duela a vos y a otros..

  3. Gracias David, Algodar¡
    Sr.Antonio.B
    Le invito a que relea el post. Ha interpretado mal. Cuando lo haga, déjese llevar, cuelgue los prejuicios en un ropero. Su verdad no es la única verdad. Es más que evidente que en esa parte del texto no me refiero a la Habana de hoy, creo que tengo un poco más de luces de las que hace notar que faltan en la Habana.
    Otra cosa. No tengo ningún tipo de problemas en aceptar cualquier tipo de comentario, sea del bando que sea, sea rojo, verde o amarillo. Lo que sí no voy a aceptar, porque este blog lo administro yo, es la falta de respeto, el descrédito, la necesidad maníatica de ofender sin fundamento, ni a mí, ni a ningún otro comentarista que comente de buena fe, sea del bando que sea, rojo, verde, o amarillo.
    Se lo digo, porque este es su segundo comentario y noto cierta frustación de entendimiento y expresión. Así que, si lo entiende necesario, puede hacer un tercer comentario, en condiciones de normalidad.
    No me preocupa en lo más mínimo perder lectores por no comentar como pido. Esto es un blog serio, y no un ring de boxeo.
    No obstante, sepa, le invito a hablar de lo que sea.
    Saludos a todos¡

  4. De que Habana estas hablando? creo que tienes muchiiiisimos años o mucha imaginacion porque la Habana multi iluminada parece que son siglos cuando existio,yla avidez de compras nunca ha dejado de existir…otra cosa es,que haya que comprar.. bueno, habelo hailo.. A.B

  5. Sí, verdaderamente. Yo no amo en especial La Habana porque simplemente no soy de allí ni sufrí nunca del síndrome capitalino. De cualquier forma, tienes toda la razón. Además, tu texto reconoce quizás como pocas veces la muerte de La Habana; entonces, al menos, deberían tratarla con la dignidad y el respeto que la muerte genera automáticamente (lo que llamas «dignidad mortuoria»). Saludos.

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