Ayer Primero de Junio del año 2009, muchos blogs cubanos – de la parte del blogaje que nos corresponde mundialmente-, pusimos un post único dónde se pide que Internet en Cuba sea verdaderamente libre, más otras peticiones de sentido común. Algunos periódicos han reflejado esta “medida”, esta “acción”, este movimiento creciente de cubanos que piden que la comunidad internacional se fije en las violaciones de los derechos humanos en Cuba, como el Heraldo de Aragón en Zaragoza, España, o la página de periodismo ciudadano Bottup.
Hoy, día dos, se ha desatado el choque frontal de opiniones y criterios para dejar de hacer o hacer según el paradigma de las cabezas más visibles de esta cubana blogosfera mía.
El próximo día 6 cumplo años.
Parece broma, pero no es en absoluto un tema cómico lo que pasa con la blogosfera cubana. Existen errores en el fondo de los blogs, que hacen de las personas, que hacen de los que creen que piensan libremente, cubanos-humanos. Y esta mezcla es terrible y perjudicial para los intereses que uno asume como propios.
Primer error. Los intereses universales de los humanos no son propiedad intelectual de nadie en particular. La Libertad –¡pobrecita!- no sabe nada de lo que estamos haciendo. El género “cubano”, por supuesto, tampoco es propiedad de nadie que diga haber nacido en una isla del trópico. Lo que sí es propiedad de cada quién es lo que haga o deje de hacer con su vida.
También ocurre que el éxito agobia, y entumece el cerebro. Por tanto, psicológicamente se puede llegar a pensar que el resto de los mortales no está a la altura, o por el contrario “se debe hacer” lo que ya está previsto y pensado por una mente maravillosa. Pero lo cierto es que no es así. Mucho menos con internet en la mano dónde cualquiera puede hacerse famoso, no ya por mérito propio, o por colgarse clips en la oreja, sino por luchar hablando o escribiendo lo que le venga en gana en contra de uno de los peores sistemas de la historia, el gobierno socialista cubano.
Jamás nadie quitará el mérito que tiene Yoani, Reinaldo, Claudia, y el resto de los blogueros cubanos que escriben a ciegas. Tampoco jamás nadie quitará el mérito que tiene Zoé Valdés, desde su pedestal de sublime escritora aprovechar su internacionalidad para derrotar al vil sistema cubano. Por ende, nadie podrá excluir la extraordinaria labor de Penúltimos Días, el Tono de la Voz, Desarraigos Provocados, Generación Asere y su blogostroika, y muchos, muchísimos más, que poco o mucho, todos tienen algo en común: “El deseo imperativo de acabar para siempre con la Cuba robada, la oprimida, la que excluye a sus propios cubanos, en aras de unos ideales que la Historia ha demostrado falsos, vacuos, fofos, pero románticos”.
¿Y qué pasa con los miles de cubanos que en Cuba no tienen blogs ni conocimientos para eso y sienten lo mismo? ¿Qué pasa con los presos que lo intentaron y ahora no tienen voz? ¿Qué pasa con los muertos que muertos están al irse del país por cualquier medio, o los que murieron sin justicia? ¿Alguien ha solicitado y otorgado a toda esta gente permiso para que sientan lo que sienten, o lo que sintieron?
¿Qué sentido tiene “determinar” a quién se le atribuye alguna anónima idea que contribuya a lo que todos deseamos, que ayude a que el problema cubano sea a los ojos de la opinión pública, más internacional, cosa que nos favorece para que el gobierno no campee más por el país a espaldas del mundo?
Seguramente se podrá opinar de un millón de maneras posibles, pero la lógica indica que debe existir una única opinión unánime: destruir pacíficamente al sistema socialista cubano. Y esta no debe entender de autorías, ni de culto a la personalidad, sino de gentes-hormigas que colectivamente hacen huecos en la tierra, o que sean capaces de levantar una hoja en internet, a la vez.
Apartemos pues para siempre las aldeanas ideas de “los cubanos de dentro o los de fuera”, “quién hizo qué, cuándo y cómo”, “dentro no se tuvo cojones y afuera sí”, por ejemplo. No.
Teníamos cojones todos en Cuba, pero estaban en una caja con lazo, y no existía internet. Y los que sacaron los huevos del envase o no están o están presos, o están controlados por el gobierno. Así que parece inteligente sacar los huevos cuando no se teme por ellos y hacer y decir aquello que nos ennoblece como cubanos.
Según las historias antiguas de guerra, la solución no era mandar ejércitos a la primera línea para ser sacrificados, sino dosificar la fuerza con astucia. La valentía en realidad no existe. Es un tópico más hábilmente urdido por sistemas totalitarios, y por las películas para ganar audiencias.
Tenemos que ser más inteligentes. No dejarnos asir como una vasija y ser llenados por todo lo que piensen los demás. Saquemos nuestras propias conclusiones.
Esta es la gran oportunidad para derribar el muro cubano. Internet es la gran revolución cultural que temen todos los regímenes dictatoriales. Y precisamente esto se reivindicaba el pasado Primero de Junio de 2009.
A.C.Rey.

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