a todos aquellos que se sientan aludidos
Vivir dentro.
Una vez fue vivir afuera.
Un día una bola de arroz quedó atrapada en el esófago,
pero no moría en vida apenas por eso.
Tampoco por eso.
Un día la alcantarilla se destapó,
dejó el olor de vergüenza a la intemperie,
aderezado de ciclones
y sal política de mar.
Otro día.
Todos los días.
La gasolina envolvía a la ciudad
con una burbuja inflamable, escapada de los autos mágicos.
Pero no apareció la cerilla.
Y fui a la estación de bomberos
más alejada.
En otro país.
Vivir allá dentro no es vivir.
Tampoco morir.
Señor escuche,
tampoco vivir.
El estado vegetal no se puede evitar,
y de alguna forma no sé porqué, no se puede crucificar.
Otro día.
Algunos días.
Soñé que las fronteras eran caramelos.
Otra vez nos pusimos el periódico en los pies, y navegamos.
Con noticias ligeras se puede flotar.
También allá dentro escribía poemas.
En una azotea invadida de depósitos de agua.
Pero vacíos.
Luego los niños descalzos
chapoteaban en el pavimento.
Un edificio es una subasta de ladrillos.
Una ciudad horizontal crece hacia los lados.
El agua de mar no es buena para hacer cemento.
Y el malecón…
Bueno.
El malecón nos salvaba del dolor
con su muro roto de holas.
Las vacas comían mejor.
Y no se podía comer vacas, salvo que no fueran vacas.
Cerdos en el baño, limpios como cerdos.
Piel de gallina en alguna tribuna redonda
mientras los huevos eran cuadrados
y por eso no entraban
por la boca.
Las viejas son las que tienen su centro de gravedad en la habana,
dentro de la armonía de una jaba.
Regla es una mujer que tiene por cuerpo una bahía.
Y cuando tiene hambre traga barcos.
Oh.
Las mujeres.
Como muñequitas de cera para los verdes bolsillos.
Para el ajeno.
Oiga señor,
tome a mi mujer.
Aprendimos a sobrevivir sin mirar a las palmas,
Tan solo ojos para la tele ficción.
Comerte una guayaba.
Comerte un cable que provoque un apagón.
Hacer del ron un compañero
de cristal.
Romper la botella y hacer ademanes
frente al espejo,
bajo el cuello jirafa.
Tenía manchas húmedas en la mirada, además.
Más tarde.
Un día.
Mi mujer, los niños, y yo,
supimos que las millas náuticas no son iguales
a otras distancias.
Averiguamos que hay peces que muerden como perros.
Guantánamo fue una base lunar,
y desde allí se veían las luces de la Tierra.
Puerto Rico también fue del carajo.
Otro día.
No me acuerdo cuándo.
Nos regresaron.
Porque pedimos alimentarnos de manifestación.
Mentira.
La balsa de pupitres estaba lista en el balcón.
Otra vez.
La ciudad en realidad es un arco, escrita desde el horizonte.
Y las uñas son remos que se dejan crecer.
A propósito.
ACRey.
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6 comments on “Atrás Habana delante”
Bueno. Entiendo lo que dices. Pero hay otras interpretaciones. Unas de las cosas que hace interesante y vital escribir son las múltiples interpretaciones que se le pueda atribuir a un texto.
Un saludo. Gracias por dejar tu comentario.
ACREY con lo único q no estoy de acuerdo es con el último verso
..Ahora ya no importa.
Ya no estoy.
TE Importa e tanto, ojalá no nos importará estaríamos de fiesta como hacen tantos cubanos q salieron de allá y ahora viven gozando el capitalismo pero defendiendo desde fuera las conquistas del socialismo -estos son los peores-
un saludo
Gracias por todo¡ A ambas, sobretodo por molestarse en leer las cosas raras esas que me salen. Y no te preocupes por el anónimo, solo que me parecía raro, también, un anómino que hablase tan personal.
Feliz vacance¡
Si Agu, a mi me pasa lo mismo, incluso aquí de vacaciones en este Mediterráneo que me encanta no puedo dejar de comparar – lo bueno y lo malo, y aclaro, bueno solo lo natural de nuestra tierra preciosa. Accrey, te felicito otra vez por tu capacidad de expresarte, y me gustó mucho tu artículo sobre Eva-Miriam en el blog del evento, así como tu «destape». Perdona por el anónimo de ayer, era para ahorrar tiempo, pero no lo hago más. Un abrazo saladito -salí de la playa y vine para el ciber a verlos. Ana
Lo que nos atrae, es lo que pasa, y está pasando. Cuando pudiera ser de otra forma,
Saludos Aguaya.
A veces cuando duermo y despierto, se me agolpan los recuerdos sobre tantos temas relacionados con Cuba… Al final me digo «Ya no estoy», pero vuelvo y vuelvo a son~ar una vez más…
Un abrazo bloguero,
AB
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