Me apago.
Cuántas cosas podrían apagarse
y dejar claro el significado de extinción,
ya sé que dinosaurios y velas son apenas dos de ellas…
Podría decir soy una vela extinta
o un dinosaurio sin llama ni calor.
En cualquier caso…
Me apago.
Cuásares que se apagan,
estrellas furtivas que se apagan rasgan la noche.
Hay volcanes que se apagan y dejan cenizas tras de sí.
Hojas que se apagan en Otoño y son hermosas.
Se apaga un Pc, un móvil, una televisión.
Se apagan tantas cosas…
Fogones que se apagan,
faros vigías que se apagan intermitentemente a oscuras,
como aquel faro rojo,
y aquel otro faro verde.
Apagar.
Apagar.
Me apago.
Me consumo hasta el final de un botellín de cerveza,
en un bar que no se apaga hasta que el sol se encienda,
como apagadas quedan las farolas de la calle,
después.
Me termino como un sorbo,
una bocanada de aire final,
al final de un raíl allí dónde el tren se apaga.
Apagar.
Apagar.
Me apago porque la lógica dice que he estado encendido,
muy encendido.
He amado encendidamente, y debería ser definitorio.
La protección pues muchas veces es apagar,
como se apaga la luz desde un interruptor de plástico.
Ahí está él… apagado como una bombilla.
– dirán.
He ahí… el extinto.
– un cantar.
ALANNAL12062022