Al final, lo que pienso es que en Literatura no hay nada definido. Y sí mucha basura definida, publicada, premiada, clasificada por intelectuales que han tenido la oportunidad de meter la mano en el saco, y sacar obras cercanas a sus gustos o a sus amistades, o para aquellos que reporten un beneficio eurodefinido, o políticodefinido.
¿Por qué alguien decide la sangre azul de una Obra? ¿Acaso no sería suficiente con que el escritor la escriba, la publique, y el público decida?