Ok¡ Ah¡ La desidia.
Venir de la naturaleza como una hoja muerta, o como un trozo de primavera en formol. Dejar que pase el tiempo sentado yo en el sofá de la sala. Masticar minutos como chicle sin sabor.
Agüero se está convirtiendo en un refugio. Un hueco en la idiotez puede ser un bonito pueblo del Pirineo aragonés. Ok¡ Ocurrió una tormenta modelo de diluvio. Todos los caminos que emprendimos salían de Agüero, y regresaban. Mi niña era una delicia, y se convirtió en flan con un simple gusano de tierra.
Ah¡ Los cubanos. Ebullir de la paz y encontrar al cotarro masticando hierbas. Mate. Infusión y pérdida total de tres partidos de ajedrez en el corazón del bar del pueblo. Todas las pérdidas duelen. También la voluntad cubana unida de cambiar aquello.
Ah¡ Vaguear¡ Permitir que mis dedos se engarroten, quitarles las teclas, por el bien social de estar en paz conmigo mismo, estudiar, prometerme una tuerca futura libre de óxido.
¿Quién da más? La ley es igual para todos. O eso dicen.
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3 comments on “La ley del vago”
Gracias Algodar, María¡
No sé porqué escribo cosas tan raras y mezcladas como estas, pero me gusta¡ Pienso que la inmediatez del blog y el deseo de resumen tienen que ver.
Algodar me sorprende por esa interpretación sobre algo no premeditado.
María, pásame ese cuento para leerlo. Tengo curiosidad.
Un abrazo a ambos¡
Saludos poeta… y la realidad saco las uñas y le dio unos cuantos arañasos…entonces le dijo el pez: No contaba con que los gatos entraran en la laguna, pero no te preocupes …el agua no es igual para todos .
(Un cuento para mis niñas año 1992)
El vago en los ochentas, era el que no lograba conseguir trabajo, independientemente de du interés en encontrarlo.
El que tenía unlugar donde marcar la tarjeta ya no era vago, aunque nunca hiciera nada.
Saludos,
Al Godar
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