Escenario A
My english´s teacher tuvo una niña hace un par de meses, en una clínica privada. Es normal que hagan pruebas de sordera a los niños recién nacidos, pero el día que fue tenían el aparato de la prueba roto. Acto seguido fueron a un hospital público, con tal mala suerte que estaba rota la voluntad médica de la doctora que le atendió. Le dijo que si su beautiful baby había nacido en una clínica privada allí mismo debía ser donde le hiceran la prueba. My english´s teacher and his wife casi mastican a la doctora bajo el amparo de que todos pagamos impuestos y tenemos derechos públicos. No sé si algo tiene que ver, pero my english´s teacher es un negrón estadounidense exjugador de basketball.
Escenario B
Llegaron las Navidades, los Reyes Magos, y una obligatoriedad socialmente impuesta para inundar de juguetes y regalos a los niños, como si estos ya fuesen la caja misma almacén, o tuviesen la boca grande, tipo túnel. Así es que aún tengo pendiente un regalo en forma de pantalón para esquiar a la nieve de mi ahijado, cosa que dudo mucho utilice de una manera que uno diga: ¡qué bien! Y fui a una tienda de deportes. Es normal mirar otras cosas, y tomo en mi miserable mano una chaqueta de adulto para esquiar y su nombre rebajado era de 500 euros. Casi quemaba. De pronto sonó el pitido de las protecciones antirobo, y no vi al chico que corría con alguna prenda por la calle, me lo contaron. Lo curioso es que nadie de la tienda salió a ver qué pasaba. El pitido cesó. Y nos fuimos.
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