Cuando era niño quería ser grande.
Ser grande era como tener el poder que no tienen los niños de hacer y deshacer sin que venga alguien grande a poner frenos a las voluntades pequeñas.
Quizás uno querría ser grande para ser libre.
Ahora que soy libre, grande, y no vivo en mi país sitiado por las normas, las leyes, las reglas que alguien verdaderamente grande y con poder impone, no quiero seguir creciendo.
Es lo bonito que tiene vivir, o la vida.
Tengo una niña. Y ella quiere crecer deprisa para hacer y deshacer.
Si alguien tiene leyes: esa es la naturaleza.
Es lo bello de vivir. O ser vívido. Que no es lo mismo decir que estamos en el mundo porque alguien nos vive, aunque alguien nos viva.