Manuela Carmena
Fuente de foto: somosmalasana.com

Primero que todo, quiero que sepas que no me gusta nada la violencia, soy un pedazo de pan, una pluma, una hoja, un algodón de azúcar. Zapata, hoy el exconcejal de Cultura en Madrid, dice lo mismo.

A nadie le gusta la violencia ni los chistes negros antisemitas, ni antiespañoles, ni anticatalanes, ni antivascos, ni anti la nacionalidad que sea de alguna parte cierta, ni anti sexista, ni homófobos. O sea, que nadie jamás ha contado un chiste del estilo que sea. Somos unos santos. Somos los humanos más tristes de este triste mundo. Qué pena.

Al paso que vamos, no podremos pensar en reírnos de nosotros mismos so pena de cárcel o el escarnio público. No podremos ser nosotros mismos en las redes sociales. Y esto es un verdadero problema que fomentará la «doble moral», la capacidad de aparentar lo que no se es. ¿Te fiarás de un futuro candidato de un Partido porque sus perfiles sociales son tan legibles y perfectos, que no tienen tacha? ¿Es creíble una persona sin fallos? ¿Quién engaña a quién si no podemos saber cómo es una persona de verdad?

La gente aprende. Y ahora mismo están aprendiendo que no vale cualquier cosa en las redes sociales, que no puedes ofender a nadie, menos si piensas meterte en política. La gente está aprendiendo, bajo el miedo del escarnio y la condena real de un juez, a esconder sus emociones, lo que piensa.

Este resultado es precisamente el que quiere el Partido Popular en el gobierno, resumido o aunado todo en la última Ley de Seguridad Ciudadana. Entres otras cosas, esta ley graba con multas imposibles de pagar a un obrero si silba a una mosca.

Por otro lado, si ya es difícil escribir y verter una crítica, imagina hacerlo sorteando las trampas del vocabulario y la gramática para no caer en la ofensa, y evitar implicaciones judiciales. Eso se llama «autocensura». Las dictaduras son especialistas en hacer que la propia gente se autocensure, los escritores, los periodistas, los artistas en general. Y el último escalón de esta vía de agua es la ausencia de «Libertad de Expresión».

Adelante. Estoy esperando la justificación de que Zapata es (era) ya de un Partido político y debe dar ejemplo, etc. Correcto. Pero la mayoría de sus tristes tuitts fueron lanzados a la cara del público hace 4 años, hace tiempo, antes de tomar posesión del cargo. Destapado el caso, lo mejor es desaparecer para salvaguardar a Carmena, y aún mantener virgen su imagen de Partido nuevo y justo.

Siempre lo digo: En política no hay nada casual. ¿A quién le interesa destapar unos viejos tuitts de una cuenta que nadie recuerda ni nadie ha oído mencionar nunca? – No tenía ni idea de que el sujeto Zapata existía- Ya lo sabes.

Al PP le interesa romper la credibilidad de Carmena en Madrid, y en general si pudieran, la credibilidad de todos los nuevos de Podemos. Eso significa que los de Podemos, si pueden, deberían hacerse una revisión de cuentas sociales, una ITV del tiempo atrás y borrar cualquier desliz, o autoinculparse como una vacuna ante el casi seguro mal siguiente.

Los que conocen un poco de redes sociales conocerán del efímero valor de un twitt. Tan pronto aparece, tan pronto cae al fondo del timeline perdiendo todo interés. Pero no. En este caso, una empresa especializada ha rebuscado en los miles de twitts años atrás para destapar el caso. Probablemente sea tan sencillo como introducir una palabra «chiste» y la herramienta social hace el trabajo sola. Ese es el problema, el juego sucio, la incapacidad de aceptar los resultados electorales. Alguien se ha molestado en buscar las 4 patas a Zapata, y las ha encontrado.

Una vez Zapata se convierte en piedra, habría de expulsarlo.