TRANSHABANA: La homosexualidad en Cuba

Era el año 1999. Regresaba a casa en la madrugada cuando al autobús vacío subieron tres chicas, o tres chicos aparentemente chicas. En ese momento no tenía nombre para ese estado de ambigüedad humana, y nunca antes había visto tal voluntad de cambio. Para el argot machista cubano, aún hoy, eran simplemente «mariconas».  Las chicas hablaban con voz gruesa, jugaban alegres entre ellas y se movían exageradamente. Parecían felices en esa libertad nocturna que cede una ciudad vacía a determinadas horas del día. Se bajaron del autobús un par de paradas antes.

Poco más de 10 años después, en otro país, en otra ciudad, en otro contexto social y de «apertura» o «conciliación», asisto a una exposición en Zaragoza sobre transexuales cubanos, organizado por la iniciativa cultural sin ánimo de lucro Más de Cuba, en la librería La Pantera Rosa, San Vicente de Paúl.

(Foto Exposición:a.c.rey) Original: Nuria López Torrres

Lo interesante de «Más de Cuba» es su intención de huir de los tópicos cubanos, sol y maracas, playa y ron, para concentrar y llevar al público maño la Cuba alternativa, la que no se cuenta pero existe, la que sobrevive y se abre paso desde el mismo sótano maloliente de la sociedad cubana, a contracorriente, a pesar del tímido apoyo del Estado cubano en estos últimos años.

Sin alardes fotográficos, la exposición Transhabana es seria, triste, melancólica, explícita, y capta la humanidad que todos llevamos dentro sin que importe el sexo. Las protagonistas son ellas, los rostros y los cuerpos de una sociedad discriminada, presa, cautiva.

La segunda lectura de Transhabana es la pobreza que la lente recoge y muestra. Las calles, las casas, la ciudad entera. Todo dispuesto como el atrezo de una película pero sin serlo.

La vida en Cuba es increíblemente difícil. Ser transexual, debe de serlo más.