Fuente de foto: x.a.c.rey. La manzana de Helen
A lo mejor porque le sobra tanto tiempo que no tiene nada mejor qué hacer, y si fuese así escribir sería masoquismo en estado irreverente. O porque la envidia es como el ácido. O porque la soledad de tan solitaria necesita un cuerpo para hacerse real. Puede que por las mujeres todas de una memoria sin orden. O porque la sensibilidad exquisita hacia ciertas cosas pertenece a otros organismos. Tal vez porque la realidad abruma como la basura desbordante de un contenedor. Quizás porque el aire en la cápsula de la concentración es diferente, y abraza como ente material, y dice cosas. O quizás porque, quien escribe, dentro de sí mismo escucha voces que quieren salir como salen las burbujas del fango.
Creo que es por esto último.