Escenario A
Me subía la escalera eléctrica del Corte Inglés. Pensaba. Cuando un señor mayor me sacó del ensimismamiento. El hombre se entretenía en hacer pasar -mientras subía- uno de sus zapatos por debajo del cepillo de la escalera. Este cepillo tiene el verdadero uso de impedir atrapamientos entre los escalones y las paredes laterales. No obstante, el hombre ¿limpiaría su zapato?, ¿a tiempo?
Escenario B
Hace poco en Zaragoza comenzó el servicio de alquiler de bicicletas públicas. En aquellos lugares de interés y uso sumamente público, se han instalado los parkings de estas bici. Hay muchos y aún faltan más, dicen. Es lógico pensar que se necesita buena infraestructura para reponer bicis de un lugar a otro cuando falten, o cuando sobren, o cuando se necesite reparación. Es así que un día el joven que se encarga de llevar las bici en su camión de cama baja, casi a ras de la calle, no camina, sino que se impulsa por la rampa del camión subido en un pedal de las bicicletas. Entonces va haciendo equilibrios hasta que pone la bici en su sitio. En realidad, sí camina, cuando regresa a por otra.
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