Amigos míos: es sencillamente increíble que pueda estar otra vez en contacto con ustedes. Después de casi 8 años, cuando salí de Cuba y perdí toda conexión. Hoy se me ha iluminado el poder de internet para encontrarles.
Les busqué porque necesito reencontrar la identidad perdida, recuperar el significado de una hoja en blanco, seleccionar la palabra adecuada, porque juntos tuvimos y alimentamos algo que nos unió: la pasión de escribir, la crítica ácida y como bálsamo, de lo que nos rodeaba, y aún te rodea a tí Orlando.
Doy gracias a JAAD, como Dios-imán de su talento unificador, desmostrado en sus blogs, para no peder lo mejor de Cuba aunque se expanda por el mundo. Y a tí Orlando, por no decaer, por revelarte y rebelarte, por tener una palabra audaz e incisiva.
Gracias a los dos. He vuelto.