Una vez, caminaba con ella y la niña por los senderos del Frago. Me detuve. La luz del sol era tenue y cálida. No se escuchaba absolutamente nada, excepto algún pájaro píando a lo lejos. Cargué mi pequeñísima Nikon amateur, y robé esta foto.
Una vez, caminaba con ella y la niña por los senderos del Frago. Me detuve. La luz del sol era tenue y cálida. No se escuchaba absolutamente nada, excepto algún pájaro píando a lo lejos. Cargué mi pequeñísima Nikon amateur, y robé esta foto.