Escenario A
Calle María Agustín, cerca del Casco Viejo. He visto a un nuevo mendigo. Joven, con barba, sin piernas. Tenía unas bolsas de plástico negro atadas por debajo de las rodillas. Más abajo de las bolsas, la misma calle sucia, la acera con sus gentes yendo y viniendo. En la mano un vaso. Dentro del vaso algunas monedas. Desde hace un año comienzan a verse en Zaragoza este tipo de mendigos con graves daños en el cuerpo. Hay otro que ya de visto resulta familiar, que tiene sus piernas a casi 90 grados a la altura de la rodilla, invirtiendo el doblez natural de estas. Cuando camina no camina, sino que gatea apoyando sus manos para mantener el equilibrio.
Escenario B
Hoy tener un Pendrive es como tener un chucho, un perrito que atado y todo va con uno a todas partes. Hoy buscaba a mi pendog y no lo encontraba. El vivo se había escapado por un agujero del bolsillo interior del abrigo. Lo encontré dormido en el fondo, escondido en el forro. Menos mal. Hubiese perdido datos valiosos, además de un buen amigo.
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