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XVII Esas cosas que flotan

ligero Alan flota en la ciudad
en su rutina de cada mañana entre puentes y coches
cruzando gente densa que no flota
comidos por la incertidumbre, calcos
en sus caras y andares apesadumbrados
al volante de ramas que se enredan en el asfalto
como si el ahora fuese tierra

la niebla envuelve todo somos regalos de navidad
luces de colores difuminadas a lo lejos y a lo cerca
arbolitos de la suerte y a volar
andar por la vida en globo de llama encendida
con los pies en el aire tibios de humedad

menos denso que toda la ciudad dijo Oliverio
cuando la tuvo delante flotabilidad hermosa
cualidad especial de lo imposible que no desaparece
y araña el alma dejando entrever poemas
versos vaporosos como migas de pan

Ebro negro mar de tanta sal
descalzo en sus aguas y correr bajos los puentes
alcanzar lo que está lejos flotando así Dios
quitar gravedad como quien quita hierro
al asunto de los peces que flotan pero no saben

elevado y henchido la ciudad es postal de recuerdos
sobre el obelisco que hiere al cielo de Europa
misivas que viajan en vela de hojalata
para cuando recordar cielo sea preciso
hola. te echo de menos. floto.
Alan dice desde la atmósfera exterior

ALANNAL0212024

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