Un familiar en España me pregunta el título de este post con una cara de pura extrañeza. Ensambla su idea sobre Cuba con las noticias que, a cuenta gotas, recibe de la televisión en España, y por los pocos blogs que lee sobre temática Cuba. Da por hecho que lo que se publica en la prensa española sobre Cuba es un ardid del capitalismo. O sea, que es imposible creer que en las cárceles cubanas golpean a la gente y que estos sean condenados al ostracismo y a la defunción por hambre en pro de, no sabe no contesta, cuales ideales.

Otro familiar de la misma Cuba no se cree que toda la oposición montada en torno a Cuba sea creíble porque, según dice, «la verdad es cierta según quien la cuente». Una idea inocente y superficial como una casa de dos plantas. No importa pues si los cimientos son de papel o cemento. O si llueve en Australia, que por no ver la lluvia caer no puedo decir que no ha llovido, o que es posible que llueva más tarde.

He aquí que la propanganda del gobierno cubano, por más de 50 años, mintiendo, ocultando y desinformando a la opinión pública nacional e internacional, hace mella, hace un efecto histérisis complicadísimo de quitar. ¿Cómo reconducir un cerebro bombardeado medio siglo para que cambie de opinión? ¿Cómo borrar los surcos preconcebidos, tallados por una realidad que no existe, excepto en el aire de Cuba, en sus muros, en su prensa, en su radio, en su no internet?

Otros cubanos, que no son familiares, conocen el problema a fondo. Pero ni siquiera en el extranjero, en la emigración, pierden el miedo a hablar sobre Cuba desinhibidamente. Acaso porque están bien -han salido de la cárcel y eso es una victoria- y necesitan mantener el vínculo con Cuba para no perder nunca la oportunidad de visitar a sus familiares, vivir la isla de nuevo. Se aplica, con conocimiento de causa o no, el, ¡sálvese quien pueda! ¿Y si todos los emigrados cubanos hablasen a la vez y lo mismo?

Cuando está en juego la credibilidad, la verdad de cualquier cosa, lo primero acaso es preguntarse uno por qué, buscar el comienzo de los hechos, y tener claro aquellos valores elementales que nos diferencian de los animales. Simplificar, quitar la paja y quedar con lo más importante.

Es así que en Cuba pasa todo esto bajo la interrogante ¿POR QUÉ?

– ¿Por qué alguien muere (Orlando Zapata) en huelga de hambre voluntaria? No hablamos aquí si fue asesinado, golpeado, etc. Sino de que ¿no es suficiente advertencia que alguien decida morir por una causa? ¿Y otro más (Fariña)? Y hoy sale en TVE1 la noticia de dos opositores más en huelga de hambre. ¿Por qué presos y opositores hacen huelga de hambre en Cuba?

– ¿Por qué existen más de 1 millón de cubanos viviendo en el extranjero?

– ¿Por qué hay cubanos capaces de lanzarse al Mar Caribe en todo tipo de inventos frágiles, sabiendo de antemano que pueden morir? ¿No es acaso esto una forma de huelga de hambre?

– ¿Por qué en Cuba existe un único Partido político legal? ¿Es cierto que 11 millones de cubanos están representado en ese partido? ¿Y qué pasa con los que no lo están?

– ¿Por qué no existe Internet libremente por toda la isla? ¿Por qué hay blogs que bloqueados no pueden ser leídos dentro de Cuba?

– ¿Por qué toda prensa, radio y televisión responde a los intereses del gobierno?

– ¿Por qué hay mujeres que buscan la forma de sacar a sus familiares de las cárceles?

– ¿Por qué, como mínimo, no hay pan suficiente para todos en un país que explota el Turismo, el Tabaco, el Azúcar, y la Minería?

– ¿Por qué La Habana, todo el país, parece que pierde trozos de edificio por día?

– ¿Por qué un ciudadano cubano pierde sus derechos de entrada a su país al opinar o disentir de su gobierno? ¿O por qué existe tanto miedo en los cubanos al opinar sobre su país?

En fin, son todas estas cosas, y más, las que cabría preguntarse cuando se comenta: ¿Qué está pasando en Cuba?

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