Los pueblos de Aragón sufren la huida en masa de sus habitantes. Las ciudades acogen a los «maños» dejando atrás pueblos tan bellos como Aínsa en el Pirineo aragonés (fotos). Pero los nuevos inmigrantes están recolonizando estos pueblos pequeños. Ahora los nuevos «maños» pueden ser rumanos o argentinos, entre otros. La mayoría de estos pueblos se sostienen con el turismo de verano o de invierno, cuando la estaciones de esquí se saturan de gente.

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