Escenario A

Los chinos acostumbrados de la tienda de enfrente, que no cierra nunca jamás, acostumbran a los demás a que siempre estén abiertos. Hasta que un Domingo, por una necesidad imperiosa, se busca aquello inmediato y… ¡sorpresa!, los chinos estaban cerrados. Me lo cuenta el padre de una niña que con humor paciente clama por un castigo divino, a los chinos, por abrir todos los días del mundo, excepto ese Domingo, me dijo. ¡Qué cosas! Tan criticados los hombres bajitos de la cara rasgada, y tan buscados. Los chinos que están en todos lados.

Escenario B

Estaba enganchado a Perdidos como un alfiler a la tela, un borracho a la cerveza, un comemierda a la manera indiscreta y fantástica de vivir la isla. Soñaba con Jack y era heterosexual. Veía a John Locke pasear con un cuchillo por el dormitorio, cazando los jabalíes que marcaban el territorio debajo de la cama. Soñaba con Kate y era homosexual. Hugo le invitaba a comida infinita y se veía gordo como una ballena.  Sawyer le estafaba el sueño todas las noches mientras duró Lost, y ponía la sonrisa burlona del que te ha pillado. Hasta que un día… En episodios anteriores…

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