Simplemente escribir. Sin pensar. O pensándolo bien. Así me atribuyo la libertad, la poesía, el espíritu de las cosas, el deseo inmaterial de los recuerdos, de Zoé Valdés.
He amanecido inmerso en la corriente de algo animado y bello, como aire nuevo recién fabricado, la palabra mágica que se desata a sí misma, pero ajustada siempre a sus significados, y estoy siendo arrastrado por ello.
Ahora la Libertad tiene otra dimensión, pero aún no puedo definirla. La Poesía, en cambio, será siempre poesía y no tiene otra explicación. El Deseo. Pues el Deseo tiene tamaño de universo, y florece en todas las cosas a partir de hoy, a partir de un texto tan rico y lleno que resulta deliciosamente embriagador, formidable, y entrañable.
No se puede decir más que, leanlo, por favor.

ACRey

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