Hoy he leído en el Heraldo de Aragón que, dentro del marco del Festival de Cine de Zaragoza, se le concedió el premio «Del corto al largo» a Jorge Nebra por su película Habanece.
En el año 2003 tuve la oportunidad de ver el estreno de esta película, Opera Prima en largometraje – ya que anteriormente su autor, Jorge Nebra, hacía cortometrajes – bajo un ambiente publicitado de boca en boca de una buena película, y sobretodo, por las condiciones duras de filmación, en una Habana (2001-02) sorteando a las autoridades del gobierno,  porque se grabó y se sacó la película del país clandestinamente.
Todo esto, está muy bien. Pero de ahí a una buena película va un buen trecho, y aún más que Jorge Nebra gane un premio por ello.
Fui a ver el film pensado en una visión diferente de La Habana, aquella que apenas se muestra en los largometrajes oficiales de Cuba, pero a Jorge se le fue la mano con el guión y el uso de la cámara en mano. Me mostró una Habana totalmente diferente e increíble – y aún pienso que no existe- de gente con pistolas en manos hostigando y huyendo de ciertas mafias, la droga que todo lo envuelve – sí, existe droga, pero no como en las películas – ciertos ambientes sacados de las películas más negras de Holywood en los años 50 y pegadas, así, pegadas, en Habanace. La historia contada por momentos no parece tener continuidad, como una escalera que vas bajando y a veces vuelas varios escalones y otras te detienes en los descansos, das otro salto y se acabó la película.
Recuerdo perfectamente que en la sala me pregunté, ¿qué barbaridad es esta? Y mi novia española, que conoce La Habana después de varios viajes, tampoco daba crédito.  Lo triste es que esta película va de sala en sala por España vendiendo una imagen irreal y mal contada de la Habana.
Si alguien tiene interés en conocer de verdad a la Habana debe viajar allí, o en su defecto, leer la Trilogía Sucia de la Habana, de Pedro Juan Gutiérrez.
De calificación, yo le pondría una estrella a Habanece.
ACRey.

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