Las mejores y más valientes voces contra el Gobierno cubano, como el escritor Ángel Santiesteban, están siendo apresadas, juzgadas arbitrariamente por parte del Estado con la impunidad que otorga controlar totalmente el sistema judicial cubano.
¿Qué se puede esperar? En un país dónde todo responde al poder del gobierno, sin opciones de alternativas críticas, oposición, no hay escapatoria.
Por eso, el escritor Ángel Santiesteban tiene fecha para entrar en prisión. Su pecado es pensar, escribir sobre la Libertad y los Derechos humanos en Cuba, negados a la población hace más de 50 años.
Ángel escribe en su blog «Los hijos que nadie quiso» cosas como estas:

Cinco años después de firmados los Pactos de los derechos civiles y políticos y de los económicos, sociales y culturales, la situación de los derechos fundamentales en Cuba sigue siendo precaria. La violación de los derechos fundamentales no solo parte del aparato represivo del Estado, sino que la propia legislación nacional impone restricciones a estas libertades consagradas en el derecho internacional.

En su artículo titulado «Los Pactos, cinco años después» expone de forma clara la manera de funcionar del gobierno cubano. Este aplasta con leyes injustas a las voces críticas, y viola tratados internacionales firmados. Los derechos más elementales de los cubanos como el derecho a pensar, libertad de expresión, o derecho de asociación, son violados constantemente.

Quienes intentan expresar sus opiniones, organizar reuniones o fundar asociaciones que contradicen la política del gobierno o los objetivos del Estado corren el peligro de ser objeto de medidas punitivas como prisión, despido, hostigamiento o intimidación.
Las detenciones y golpizas a defensores y defensoras de derechos humanos, disidentes y opositores políticos y periodistas independientes son comunes. En algunos casos permanecen detenidos durante horas; en otros, se los ha recluido sin cargos durante meses y, en ocasiones, sin juicio, por la sospecha de participación en actividades calificadas como contrarrevolucionarias o por acusaciones igualmente vagas. En algunos casos, los opositores son juzgados sumariamente y condenados en unos pocos días. El hostigamiento e intimidación contra críticos y disidentes políticos y sus familiares a manos de grupos oficiales en los denominados “actos de repudio” constituyen tortura psicológica e incluso física, dada la tensión que pueden generar en las víctimas y sus familias.

La indefensión de los cubanos es tal, y más si te opones al gobierno, que sólo existen dos caminos. O vives tu vida miserable en Cuba, callado, asintiendo, disciplinado, violado dictatorialmente, o dices lo que piensas públicamente con la sabida respuesta de emigración, golpes, detenciones, o cárcel.
La presión de vivir en Cuba sin dignidad o con la cabeza alta, es sencillamente insoportable!
 

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