A propósito de este post en Estancia Cubana.
Saludos Camilo¡
Para esto yo siempre pienso en mi comparación favorita que me da muchas luces, «y sombras», de la propaganda (publicidad) del gobierno de Cuba, a sí misma, y es la de Matrix.
Es imposible, además de injusto, buscar alguna culpabilidad al pueblo cubano sobre la manutención del sistema idiota de los Castros (léase idiota de ineficaz y no de alguna más que merecida ofensa), porque alguien que nace en una cápsula y no tiene otra visión del mundo no puede tener su propio criterio. De hecho, el sistema se hizo a sí mismo cordón umbilical, y mantenía/mantiene con vida a los reos. Tal es así, que me acuerdo perfectamente que el propio Fidel criticó, como todo lo que critica y mete en la sopa su barba cuchara, a la primera parte de Matrix, y estuvo a un paso de ser censurada.
Si existiese alguna culpabilidad de 50 años bajo la atenta mirada de Mordor, sería de las generaciones de cubanos de los años 60, pero fueron engañados, engatusados, convidados, y los que vieron o estuvieron en una posición mejor de ver el futuro, se fueron.
Pasa el tiempo. Y la culpa real es de aquellos que saben perfectamente lo que hacen, lo que dirigen, los que aprovechan su posición en el organigrama de poder para, como ruín capataz, atisar a los esclavos, y chupar el dinero a la gente, obligarles a la docilidad. Esos son verdaderamente los miserables.
También tienen culpa todos los que se oponen hoy frontalmente al gobierno de Cuba desde fuera (me incluyo) por no hacer esta oposición desde allí dentro. Hoy lo sé. Ayer, cuando lo intuí me fuí, y apliqué la política del 80 por ciento (probablemente) de todos los que están afuera de la isla, la del ¡sálvese quien pueda! ¿Para buscar un espacio libre y poder hablar sin miedo? Sí. Quizás. Más que sin miedo, a buen resguardo, arrimado a buen árbol de sombra y protección, como son los otros países dónde opinar no es un delito y a nadie se amedrentra por eso.
Hoy, en todo caso, el verdadero mérito, o si se quiere, la sincera autenticidad, es la de los que desde dentro están opinando y elevando su voz por encima del resto, con todo el riesgo que ello conlleva, gracias a la ventana de internet. Eso sí, ventana prácticamente cerrada del todo, pero ventana al fin.
O sea que, siendo objetivos, tenemos lo que tenemos y debemos empezar desde dónde estamos hoy, para nada sirve pues acechar cierta culpa a alguien de un lado o del otro, de antes o de ahora, el objetivo es remar como si todos fuésemos balseros a la misma vez, y provocar la misma ola. No queda otra.
ACRey.

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